Tuve la suerte de crecer en una casa donde la cocina era algo muy importante para unir a la familia. Era sagrado los sábados y domingos juntarnos a almorzar donde mis abuelos, todos juntos en una gran mesa. A mis papás también les gustaba mucho la cocina y desde chico siempre estuve metido ahí. Cocinar para mí es una forma de entregar cariño y así lo hice desde siempre con mis amigos y familia. Hasta el día de hoy me dedico a cocinar los fines de semana y mi casa siempre es un centro de reunión. La cocina para mí es relajo, diversión, momento de creatividad y conexión personal.
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